Entre el laberinto surrealista del trap y una sensibilidad pop a menudo infalible, Travis Scott ha contribuido decisivamente a definir el sonido y la estética del rap de la última década. Scott, quien creció en las afueras de Houston con el nombre Jacques Berman Webster I, dio sus primeros pasos en G.O.O.D. Music, el sello de Kanye West. Para él, produjo la recopilación Kanye West Presents: Good Music - Cruel Summer en 2012 y el monumental Yeezus un año después. Poco antes, había lanzado su primer mixtape, Owl Pharaoh, y en los siguientes años vistió con su sonido de ángulos góticos temas de artistas como Drake, Migos, Madonna y Rihanna. Sus primeros álbumes como solista, Rodeo (2015) y Birds in the Trap Sing McKnight. (2016), son escandalosos experimentos sonoros que difuminan la linea entre el rap y la vanguardia. ASTROWORLD innovó aún más en 2018, con canciones de aire psicodélico en las que se reúnen colaboradores tan inesperados como Quavo, John Mayer, Tame Impala o Sheck We